TEHUACÁN, PUEBLA.– Lo que alguna vez fue una de las familias empresariales más influyentes de la región se encuentra hoy en el centro de un escándalo judicial con repercusiones internacionales.
La detención de Miguel Ángel N., ocurrida el 7 de octubre de 2025 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, fue ejecutada en cumplimiento de una ficha roja de la Interpol, un mecanismo reservado para localizar y capturar a prófugos buscados por delitos graves en distintos países.
De acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, tras su arresto fue trasladado al Centro de Reinserción Social de Tehuacán, donde enfrenta cargos por extorsión agravada, abuso de confianza y posible desfalco corporativo en agravio de su propio sobrino y socio, Alfonso Celis Enecoiz.
Del poder al proceso judicial
Las investigaciones que motivaron la orden internacional revelan que Miguel Ángel N. habría utilizado la estructura de una empresa avícola de Tehuacán, de la cual es socio, para retener dividendos y sueldos familiares, con el objetivo de concentrar el control accionario del consejo directivo.
El expediente judicial indica que integró a su esposa e hijos en la toma de decisiones corporativas, otorgándoles voz, voto y acciones, en “violación al Protocolo Familiar Celis”, que prohíbe expresamente la participación de cónyuges en órganos de control.
De acuerdo con el Ministerio Público, se trató de actos “de dolo y ambición desmedida”, y no se descarta que la investigación se amplíe hacia otros familiares que participaron en dichas decisiones sin contrapeso.
“Al involucrarlos en los consejos y en las firmas financieras, los comprometió legalmente. No se descarta que la investigación escale contra ellos”, reveló una fuente cercana al caso.
Dos caminos opuestos
Mientras Miguel Ángel N. buscaba concentrar poder, mentir, ocultar y mantener privilegios, Alfonso Celis Enecoiz optó por continuar en Tehuacán, encarar la crisis sosteniendo empleos, reactivando parte del legado empresarial que su padre y su tía, la filántropa Socorro Romero Sánchez construyeron con décadas de trabajo, reconstruyendo la confianza con la comunidad y los trabajadores.
El contraste entre ambos es evidente: mientras unos eligieron el lujo y el ocultamiento, otros decidieron quedarse, invertir y defender el legado familiar con trabajo.
Fuentes cercanas señalan que la esposa de Miguel Ángel N. lleva años viajando a Estados Unidos y Europa, propios y extraños presumen que extrajo recursos empresariales para gastos personales.
Un proceso que apenas comienza
La captura de Miguel Ángel N. marca el inicio de una nueva etapa judicial que podría prolongarse durante meses. El empresario permanece recluido en Tehuacán enfrentándose por primera vez a una realidad que está muy alejada a lo que el siempre estuvo acostumbrado, una vida llena de opulencia, viajes y lujos desmedidos. De acuerdo con fuentes penitenciarias, ningún miembro de su familia se ha presentado a visitarlo, mientras las autoridades continúan revisando los movimientos financieros bajo investigación.
El empresario, representado por los abogados Gustavo Herrera Torres y Jaime Sánchez Montemayor, quienes son destacados por su amplia y exitosa trayectoria en llevar este tipo de casos, comentan fuentes cercanas que están positivos en cuanto a la próxima audiencia que se dará cita este próximo domingo 12 de octubre en Tehuacán.
Y mientras la justicia avanza, Alfonso Celis Enecoiz representa -ante la comunidad y ante la ley- la otra cara de la historia: La del heredero que prefirió el trabajo sobre la intriga, la inversión sobre la extorsión y Tehuacán por encima de una vida de comodidades y lujos en Europa.
