Tehuacán, Puebla. — Mientras miles de familias en Tehuacán se preparan para las reuniones de fin de año, Miguel Ángel N., alias “El Animal”, pasará la Navidad y el Año Nuevo tras las rejas, como consecuencia directa del proceso penal que enfrenta por el delito de extorsión. La decisión no fue simbólica ni circunstancial.
La Décima Primera Sala Unitaria de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Puebla confirmó esta semana la vinculación a proceso dictada en su contra y ratificó la prisión preventiva oficios que se le impuso desde octubre.
Con ello, quedó cerrado cualquier intento inmediato de recuperar su libertad antes de las fiestas decembrinas.
Con la resolución notificada este 16 de diciembre de 2025, el empresario permanecerá recluido en el Centro Penitenciario Regional de Tehuacán (CEPERE), por lo que pasará las fiestas de Navidad y Año Nuevo bajo custodia.
La resolución del órgano jurisdiccional federal —suscrita por el magistrado encargado de la Sala— valida la decisión previa del Juzgado de Control de la Región Judicial Sur Oriente y cita la tipificación del ilícito conforme al artículo 292 Bis del Código Penal del Estado de Puebla, en relación con las disposiciones señaladas en los diversos artículos 13 y 21 (fracción III), en agravio de Alfonso Celis Enecoiz. Asimismo, el tribunal confirmó la medida cautelar impuesta en audiencia del 8 de octubre de 2025.
En términos prácticos, la decisión judicial significa que Miguel Ángel N. permanecerá recluido en el CERESO de Tehuacán bajo las mismas condiciones de custodia que enfrenta desde su detención.
El contraste es inevitable. Mientras afuera se habla de reconciliación, cierre de ciclos y celebración, dentro del penal el escenario es otro, marcado por las consecuencias legales de conductas que hoy están bajo escrutinio judicial. No se trata de un castigo simbólico por las fechas, sino del resultado de decisiones previas de dolo que hoy pesan en tribunales.
Por ahora, el proceso continúa y las autoridades mantienen firmes las medidas dictadas. Las fiestas pasarán, pero el caso seguirá su curso, recordando que la justicia no entra en receso por Navidad, y que los actos tienen consecuencias, incluso —o especialmente— en diciembre.